jueves, mayo 15

Desidia

Querido OPBP:

Casi se cumple un mes desde la anterior entrada... ¡lamentable! Los que me conocen ya saben que soy un perro, pero una conjunción de diversos factores han ayudado especialmente a este singular abandono.

¡Tengo trabajo! Cobrar una nómina, ya lo venía haciendo desde hace una temporada, pero como ya comenté, me cambiaron de departamento y me dieron nuevas funciones... e increiblemente las cumplo y ando más liado que la pata de un romano.

Lo anteriormente expuesto ha afectado grandemente mi estado anímico. He pasado de estar arrastrandome como un gusano, a tan solo volver a estar agotado por el trabajo. Esto mejora mi salud mental, y parece que no estar amargado se traduce en una menor inspiración ¿Las musas solo acuden en auxilio de los desesperados?

Y el factor letal... juego muy poco al poker ultimamente. Ya comenté anteriormente, que mi dedicación(rayando en obsesión) con este jueguecito estaba flojeando. No solamente no tengo ganas de jugar, si no que además, la gran mayoría de las veces estoy cansado, y definitivamente no es la mejor situación para jugar.

En los últimos tiempos, me estoy trasformando en un espectador de este juego. Veo muchos videos(especialmente los comentados y todo lo que me he bajado de PokerBay) y sigo leyendo libro tras libro...

Estoy releyendo Zen & The Art of Poker(que no solamente me encanta, si no que ha despertado mi interés por el budismo). También recibí Ace on the river, de Barry Greenstein, cortesía de perder algo de dinero en PokerStars, y debo de decir que es un libro impresionante, lleno de fotos y definitivamente el mejor presentado de todos los que he visto.

No sé si la información es muy valiosa, pero al menos es intrigante y definitivamente agradable de leer. Tienes que haber leido los libros de Malmuth y Sklansky para apreciar el valor de escritores que no son soporíferos. Estoy empezando a perder el respeto por estos dos, ya que ni me parecen tan "grandes" jugadores, y definitivamente son malos maestros.

Todo el cristiano que queda dentro de mi(hasta que el Zen lo aniquile), me impulsa a acabar la serie que empecé sobre mis opiniones(y rebuznos) sobre los distintos formatos de apuestas. Así que aquí está la conclusión.

Tournaments: Los que salen por la tele. La gloria, la fama y los premios monstruosos residen en este formato. Gracias a ellos, el poker explotó en popularidad hace unos años, cuando Chris Moneymaker convirtió 40$ en dos millones y medio, algo grande había empezado.

Pueden ser de una o más mesas. Los de una sola, son especialmente frecuentes en el juego online, ya que están continuamente comenzando. Y de los grandes, el rey, es el evento principal de las WSOP(World Series Of Poker), llegando a alcanzar en 2006, la escalofriante cifra de más de 8700 jugadores a 10000$ cada uno.

La gran diferencia que vamos a encontrar con los otros formatos, es la situación dinámica de las ciegas. Según avanza el torneo, estas son cada vez más grandes. Así se promueve la acción, y que el torneo se acabe en algún momento, por que hay que recordar, que al final, un jugador tendrá que todas las fichas... y esto lleva un rato(si hay más de 8000 jugadores, se necesita una semana entera jugando no menos de 10 o 12 horas al día, como mínimo).

A esto hay que añadir otro factor, el gasto es controlado. Antes de empezar sabemos cuanto nos va a costar y no podemos perder más... salvo que sea un torneo con recompras. Cuando perdemos la última de nuestras fichas el torneo se acabó y de vuelta para casa.

Esto causa una de las mayores sensaciones de frustración que su humilde servidor ha sentido jugando a este juego. Ver como alguien que juega mucho peor, te manda a casa gracias a la suerte. En los otros formatos, sabes que si el rival es muy malo, te acabará devolviendo lo que te ha quitado el azar en una mano, pero en los torneos, se lo quedará otro.

La estrategia es totalmente distinta a las otras variantes, y va cambiando según avanza el torneo. Fase inicial, internedia, burbuja y mesa final podrían ser una de las divisiones más clásicas, comunes y sencillas; como todo lo demás sobre este juego, se puede complicar hasta el infinito.

Si en los juegos por dinero debemos acumular decenas de miles de manos para poder saber si somos buenos jugadores y rentables, en los torneos deberemos de participar en centenares de ellos para poder obtener la misma información. Si en cada uno podemos invertir 2, 3 o más horas, volvemos a necesitar gran dedicación.

Y, tristemente, esa es la razón por la que cada vez juego menos... he perdido la fuente de energía que proporciona la obsesión. Ultimamente solo tengo realmente ganas de jugar las timbas caseras, a las que por cierto, mi viejo se ha hecho fijo ;P

Saludicos para todos y suerte en las mesas.